En 2013, Emmanuel Paglayan decidió abrir un restaurant como una manera de mantener vivas las tradiciones y el legado de su familia de inmigrantes armenios llegados a Argentina a principios del siglo XX, apasionados por la buena comida y la mesa familiar.
En los años ochenta, la madre de Emmanuel, Marta Gueikian, dio a su emprendimiento gastronómico el nombre de su madre e inspiradora, Selvi. Al fundar la nueva empresa, Emmanuel también decidió homenajear a su abuela materna con el apodo con el que la llamaba, Ninina. De Selvi a Ninina, la evolución de una cocina de excelencia y espíritu familiar que se moderniza y avanza honrando sus raíces armenias y el legado familiar.
Tomando como punto de partida innumerables recetas familiares, Emmanuel pensó Ninina como una propuesta innovadora y cosmopolita, donde cada detalle estuviese cuidado y pensado para brindar una experiencia auténtica y de excelencia al cliente. Básicamente, poder trasladar al día a día las vivencias de su infancia y el legado de su familia.
Ninina es una familia que se enorgullece de ofrecer una experiencia auténtica, basada en la excelencia de lo simple y lo artesanal. La propuesta de Ninina consiste en trabajar siempre con los mejores productos del mercado; los de mejor calidad, los más naturales y los menos procesados, sin utilizar ningún tipo de conservantes ni ingredientes artificiales, y ofrecer un servicio y una ambientación acordes con esta experiencia.
Ninina utiliza ingredientes de la mejor calidad para alcanzar siempre la mejor textura y el mejor sabor. Azúcar orgánica y azúcar mascabo, huevos y pollos de campo, harina orgánica y artesanal, chocolate 70% cacao, miel y hojas verdes orgánicas, los mejores quesos y fiambres del mercado, café de especialidad y demás ingredientes naturales, sin procesar y sin ningún tipo de conservantes o ingredientes artificiales que prolonguen la vida útil de los productos, alteren su sabor, o reduzcan su valor nutritivo.
Ninina brinda a sus empleados condiciones ejemplares en la gastronomía argentina con el objetivo de generar una cultura de trabajo donde cada miembro del equipo esté motivado y pueda destacarse, aprender y progresar dentro de la organización. Al mismo tiempo, se trabaja con cada persona para que logre reflejar los valores de la empresa en cada una de sus acciones: excelencia, pasión, criterio, responsabilidad, curiosidad, coraje, comunicación, innovación y compañerismo. El objetivo final, crear una empresa exitosa y perdurable en el tiempo, donde cada empleado se sienta parte y logre alcanzar un equilibrio sano entre su vida personal y el trabajo.